domingo, 16 de febrero de 2014

Capítulo 5: "Te quiero"

-¿Qué?-pregunté incrédula. ¿En serio acababa de pedirme que le besara?¿Él a mí?
-Perdona. No quería incomodarte para nada.- contestó él inmediatamente.
-No, no. Solo que no me esperaba...
-Sí, lo sé.
-Bueno, mejor me voy-dije yo dandome la vuelta para seguir mi largo camino hasta casa. A la cuál no quería llegar, seguro que mi tía me tenía preparada unas cuántas tareas para hacer durante la tarde.
Sentí cómo delicadamente tomó mi brazo, lo que hizo que no pudiera seguir caminando. Me giré y pude ver sus hermosos ojos mirándome fijamente. ¿Era un sueño?
-Espera-me pidió con una sonrisa traviesa en su rostro. -Quédate.
-Tengo que irme. Mi tía me estará esperando. Lo siento.
-¿Y qué pasa?, seguro que puede esperar, ¿no?-insistió él. Tramaba algo. Aquella mirada no era muy típica en chicos como él.
-¿Qué estás pensando?-pregunté con una sonrisa en mis labios.
-Quiero que sea una sorpresa, así que, si me haces el amable favor de seguirme.-dijo con una voz amable simulando ser todo un caballero agarrandome de la mano.
 -En serio, tengo que ir a mi casa. Mi tía me matará si llego tarde.-y no mentía. Volvía a llegar tarde como aquella vez y sería carne para los perros.
-Tú espera aquí.-pidió. Y así lo hize, suspiré resignada y esperé en medio de la acera a que él viniera. No venía y yo me desesperaba. ¿A donde diantres iría?
De la nada aparecen detras mía apoderandose de mi visión y tapando mis ojos con una fina toalla.
-¿Zayn?
-Sí, soy yo-rió detrás mía. Lo que me dió confianza.
-Me das miedo.
-No tengas miedo. No hay nada que temer.- dijo y tomó mi mano. Eso hizo que miles de emocionos corrieran por mi estómago de una manera inesperada. Corrían mariposas de un lado a otro y sentía como mis mejillas comenzaban a arder.
-No veo nada, Zayn.
-Esa era la intencion.-rió más fuerte. Aún sin ver nada, su risa hacía que confiara en mí misma. Me ayudaba a pensar que nada malo iba a pasar. Con él, estaba segura.
Caminamos durante un largo camino, mis pies se estaban cansando. Pero, por más que le preguntara dónde estabamos, él insistía en que sería sorpresa.
Destapó la pequeña toalla de mis ojos y los abrí delicadamente como si fuera la primera vez que los abría y pude ver aquel hermoso paisaje. Era un descampado, encima de una colina. Podía ver como el sol nos alumbraba desde allí arriba y sentir como el viento chocaba contra mi cabello. Se sentía tan bien. Era una sensación indescriptible.
-Zayn, es precioso.-me limité a decir. Cerré mis ojos y me concentré en mi respiración.
-Sabía que te gustaría.
-Me conoces muy bien cómo para solo haber hablado conmigo unas semanas.-dije.
De repente, siento como unas fuertes manos sujetan mi cintura elevandome casi al cielo. Abrí los ojos inmediatamente, buscando a aquel culpable que había interrumpido aquel momento. Y era él, con aquella perfecta sonrisa nadie podía enfadarse con él.
-Zayn, bájame.
-¿Y si no quiero qué pasa?-reía él. Sus fuertes brasos alrededor de mi cintura me hacían sentir protegida aunque estuviera al menos a un metro del suelo.
-Por favor, Zayn bájame, es peligroso-pedí una vez más. Era un cabezota.
-Me gusta lo peligroso.
-¿Y quieres que me mate, no?-pregunté.
-No, eso es lo último que quiero.
-Pues eso va a pasar si no me bajas ya.
Y me obedeció me dejó en el suelo suavemente y pude sentir como mis pies pisaban el suelo, como debía ser. Él volvió a reírse, lo que provocó una risa por parte mía y sin motivo alguno, acabamos los dos riendo en aquella colina.
-¿De qué nos reímos?-pregunté.
-De que eres una cobarde.
-¿Yo?¿Una cobarde?, serás tú una mala persona que hace pasar miedo a la gente encima de una colina.
-Yo no soy mala persona.
-Sí lo eres, admítelo.
-No lo soy, admite tú que eres una miedosa.
-¿Miedosa, yo?, he visto Scary Movie cinco veces. Supéralo.-dije.
-Pues yo ayudo a las personas necesitadas.
-¿En serio?-exclamé enternecida.
-No, pero quiero hacerlo-rió a carcajadas y al rato, después de haberle mirado mal, no pude evitar hacerlo yo también.
-Eres un idiota.
-¿Volvemos a empezar cómo hace un rato?
-No, gracias-reí.
-Pues yo aún sigo esperando ese beso-dijo él.
-¿Ah sí?, sólo si me coges-dije esta vez yo y comenzé a correr colina abajo. Él me persiguió. Pero admitamoslo, era más rápido que yo. Caímos colina abajo los dos juntos y acabamos tirados en el cesped. Los dos. Con el sol alumbrando nuestras caras. Él me sonrió y yo hize lo mismo. Apoyó su cabeza en su hombro y nos miramos. El silencio reinaba entre los dos.
-Eres hermosa.-dijo él. Podía escuchar perfectamente el ruido de su respiración y el de la mía. Cuando decía este tipo de cosas, el corazón se me paraba y la mente se me bloqueaba. Nunca sabré qué responder a estas cosas. Si supiera lo perfecto que es él para mí.
-Supongo que me mientes.
-Nunca haría eso. Eres hermosa.
-Vuelves a mentirme.
-No te miento. Yo soy feo.
-No eres feo.
-Ahora la mentirosa eres tú-dijo él mirandome.
-Nunca sería capaz de mentir a alguien.
-Pues creéme cuando te digo que nunca había visto a nadie como tú.
-¿A nadie tan fea?
-A nadie tan perfecta.-dijo con una sonrisa dulce en sus labios. Sus ojos me decían que no me mentía, que me decía la verdad. Sus ojos me transmitían la confianza que nunca nadie me había expresado y que tanto necesitaba.
-No hay nadie perfecto en el mundo.- dije. Pero yo sabía perfectamente que eso era mentira. ¿Y sabéis por qué?, por que hace unas semanas, pensaba justamente eso. Pero luego, me sonrió, y hasta ese momento, ya no sé qué pensar.
-Tú y yo sabemos que eso no es cierto.
-Sí, lo es. Nadie es perfecto. Todas y cada una de las personas tienen fallos y cometen errores. Es imposible que nadie nunca los cometa. Es algo que ocurre y ya está.
-Pero los fallos y los errores hacen la persona que eres. Y así como eres, eres diferente a las demás.
-¿Eso es malo, no?
-Al contrario. Significa que nunca ví a nadie como tú. Que últimamente lo único en lo que piensan las chicas de hoy es en creerse mejor que las demás cuando en realidad no son nada. Que creen que insultando a las demás personas, son mejores que ellas. Que creen que pueden poner una etiqueta a la vida de las demás personas. Y no es así. Y tú eres diferente, eres tímida, callada. Esa chica que se hace la fuerte, aunque sea más frágil que un jarrón de cristal. Crees que la gente siempre va a intentar romperte. Pero lo que no sabes es que ahí voy a estar yo, para que nadie lo haga. Así que cuando estés cansada, cuando sientas que no puedes más. Cuando creas que nada vale la pena. Aquí estoy yo. Porque nada ni nadie, va a quitarte esa sonrisa, ¿entendido?

¿En serio me estaba diciendo esto?, júrenme que esto no es un sueño y que dentro de unos segundos despertaré. Jurádme que por fin en toda mi vida, me estaba pasando algo bueno. Y que nunca se va a ir. Decidme que mañana él seguirá aquí conmigo, porque es lo que necesito. Sé que lo conosco desde hace poco, pero solo hace falta que te diga todo esto, para quedarse adicta de su perfume,  y de su sonrisa. Así que decidme, que esto es real. Porque es lo que necesito.

-No sé que decir, Zayn. De verdad, me has dejado sin palabras.
-No hace falta que digas nada, sólo quería que lo supieras.
-Gracias de verdad-dije sonriendo. Él hizo lo mismo.
-Bueno, creo que ya va siendo hora de que nos vayamos. Tu tía se va a enojar bastante contigo.-dijo él ayudandome a levantarme.
-Por culpa tuya.
-¿Culpa mía?
-Sí, fuiste tú el que me trajo aquí.
-Tienes razón, pero admite que te encantó venir aquí.
-Lo admito-dije mirando el sol, aún seguía brillando. Tan fuerte como siempre. Ojalá fuera tan fuerte como él y pudiera siempre estar alumbrando a los demás. Ojalá.
-Siempre venía aquí con mi hermana. Nos acostabamos en el cesped y mirabamos las nubes.-dijo él. Pude ver como escondió con su mano una lágrima salir de sus ojos rápidamente.
-No llores.-pedí mirandole fijamente.
-Es que..
-Es que nada. No quiero que vuelvas a soltar una sola lágrima de esos hermosos ojos que hacen que me ponga nerviosa cada vez que te veo, ¿de acuerdo?-dije inmediatamente sin darme ni siquiera cuenta de lo que estaba hablando. ¿En serio había dicho yo esa cursilada?
Él me miró sorprendido. No se esperaba que le hubiera dicho eso. Y yo tampoco. Le había dicho en pocas palabras que me encantaba la manera en que miraba, ¿o no?
-Raquel...
-No, no hace falta que me digas que la acabo de fastidiar.
-No era eso, es que no me esperaba que dijeras..
-¿Qué dijera eso?, ya, yo tampoco quería decir eso.
-¿Entonces no...?
-No. Bueno. Sí. A ver, no sé explicarlo.
-Puedes hacerlo. Sólo quiero saber si lo que acabas de decirme, era real.
-¿La verdad?
-Tú misma dijistes que no serías capaz de mentir.
-Es... Es real.
-Bien.-dijo.
-¿Bien?-pregunté sin entender aún.
-Sí, bien. -sonrió él. Esa sonrisa conseguía que se me olvidara todo. No sabía por qué, ni cómo, pero conseguía que todo pareciera una sonrisa. Me estaba haciendo adicta de su sonrisa.
-¿Bien por qué?
-Por que aún no te he dicho una cosa. Y no sabía si decirtela ahora o cuando pasara más tiempo.
-Dímela. -dije nerviosa. ¿Qué querría decirme?, seguro que me diría que no querría verme más o algo por el estilo.
-¿Raquel?¿Qué haces aquí?-preguntó alguien detrás de Zayn. Los dos nos dimos la vuelta sin pensarlo dos veces. Pero... ¿Qué hacía él aquí?

1 comentario:

  1. Oh! dios por que nos dejas asi? Ten piedad xD no voy a poder dormir por no saber quien la llamo y que le va a decir Zayn.. Por favor siguelaaa!!!!

    ResponderEliminar